Hoy les quiero mostrar uno de los lugares más lindos de Buenos Aires, los Lagos de Palermo. Son uno de los lugares más hermosos y relajantes de la ciudad. Estos lagos artificiales se encuentran ubicados en el famoso Parque Tres de Febrero, también conocido como Parque de Palermo.
Este lugar lo construyeron en el siglo pasado por un arquitecto paisajista francés, los Lagos de Palermo son un oasis de tranquilidad en medio del ruido de la urbe. El parque en sí mismo es un lugar muy querido por los porteños, quienes van allí para disfrutar de la naturaleza, hacer ejercicio o simplemente relajarse.
Los lagos son el corazón del parque y están rodeados por exuberante vegetación, senderos para caminar y áreas de descanso. Durante todo el año, se pueden observar aves acuáticas como patos y cisnes, que añaden aún más encanto al paisaje.
En los meses de calor, muchas personas alquilan botes para remar en los lagos, una actividad muy popular entre familias y amigos. Remar sobre las aguas tranquilas es una experiencia única que permite disfrutar de la serenidad del entorno y admirar la belleza natural que rodea a los lagos. Además, estos lagos por algún motivo tienen su propia fauna al punto de tener gansos y patos alrededor de la circunferencia del lago y dentro del lago también.
Además de ser un lugar de recreación, los Lagos de Palermo también tienen un importante valor histórico y cultural. Durante décadas, han sido testigos de eventos culturales, conciertos al aire libre y actividades comunitarias que reúnen a personas de todas las edades y procedencias.
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Recuerdo que tengo una muy divertida anécdota allí. En una época este lugar por las noches, había una de las calles dentro del parque que era muy poco iluminada y hombres y mujeres iban de noche con sus autos por prostitucion. Había muchas prostitutas y muchos travestis. Con mis amigos hemos ido una vez y lo que hacíamos nos escondimos detrás de los arbustos o atrás de los árboles y cuando aparecían algunos autos los jodimos. Les tirábamos cosas para romper un poco el momento, o les gritabamos. Hacíamos que les sacábamos fotos y los tipos nos recontra putean o algunos se bajaban del auto y nos entraban a correr.
Una de las veces que lo hicimos, que no fueron muchas, me acuerdo que nos asustamos un poco porque jodiendo asi con esas personas, una de ellas se enojó y sacó de su cartera una pistola y nos sacó corriendo por los lagos en la oscuridad y ella vestida con mini faldas y zapatos de taco aguja.