El recorrido de la semana
Despertar en esta urbe implica sumergirse en un océano de actividades, donde el trabajo, el estudio y la búsqueda de placeres se entrelazan en una coreografía implacable. El primer acto del día es el partir hacia la labor, un recorrido que se vuelve casi un rito de iniciación, donde las calles se convierten en el escenario de nuestras vidas. El regreso al hogar para el almuerzo se convierte en un oasis de sabores, donde el paladar encuentra consuelo en los platos que una compañera amorosa ha preparado con esmero.
La tarde se cierne sobre mí como un manto de oportunidades, y es entonces cuando la Facultad, esa venerada institución del saber, llama a mi puerta. A apenas siete cuadras de mi morada, la UADE se erige como faro intelectual, pero también como refugio para los encuentros y desencuentros propios de la juventud.
El retorno al hogar, al caer la noche, es recibido con los brazos abiertos de aquella compañera cuyo amor se traduce en aromas seductores que invaden la cocina. La cena se convierte en un festín para los sentidos, donde cada bocado es una oda al amor y a la buena mesa.
Y así, el fin de semana emerge como un lienzo en blanco sobre el cual pintar nuestras más preciadas aventuras. El viaje a Mar del Plata se presenta como una epopeya gastronómica, donde la parrilla se convierte en altar y la carne en ofrenda. Es en este escenario donde despliego mis habilidades culinarias, donde la receta alemana, impregnada de historia y tradición, se entrelaza con el fuego de la parrilla y el sabor intenso de la cerveza negra.
Pero no todo es carne y fuego en esta odisea culinaria. Los vinos nacionales se convierten en compañeros de viaje, cada uno contando su propia historia en cada sorbo, acompañando con maestría los manjares que la mesa ofrece.
Y cuando la noche avanza y las historias se entrelazan como hilos de seda, es momento de sumergirse en un mar de anécdotas inventadas, donde los tíos y sus hazañas se convierten en protagonistas de una comedia familiar que solo el corazón puede entender. La velada culmina con el dulce susurro de un crumble y el frío abrazo del helado, cerrando así un capítulo más en el libro de nuestras vidas.
La colaboración
Pero entre todos los escenarios que esta historia abarca, hay uno que destaca con especial fulgor: la casa de la madre de Augusto en Garay, esa casona que respira leyendas y susurra secretos, que se erige como testigo silencioso de nuestra infancia y fuente inagotable de inspiración.
Así, entre recetas y relatos, entre sabores y anécdotas, se entreteje la trama de una vida, donde la gastronomía se convierte en hilo conductor de nuestras más preciadas memorias. En este rincón del mundo, donde el tiempo parece detenerse entre platos y brindis, descubrimos el verdadero sentido de la existencia: compartir, saborear y celebrar cada instante como si fuera el último bocado de un festín interminable.
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¡Claro que sí! Aquí tienes la misma receta, pero con un toque de estilo gauchesco y un entorno al aire libre en el campo:
Ingredientes:
- 1 ojo de bife de buena calidad (aproximadamente 1.5 kg)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 4 dientes de ajo, picados
- 1 cebolla grande, cortada en juliana
- 1 zanahoria grande, cortada en rodajas
- 2 ramas de romero fresco
- 1 lata de cerveza negra (preferiblemente una stout o porter)
- Sal y pimienta al gusto
- Astillas de madera para ahumar (preferiblemente de roble o nogal)
Instrucciones:
Prepara la parrilla en medio del campo, dejando que el aroma de la naturaleza envuelva el ambiente. Enciende el fuego y agrega las astillas de madera para ahumar, permitiendo que el humo perfume el aire con su fragancia.
Mientras tanto, en una sartén grande sobre el fogón de la parrilla, calienta el aceite de oliva a fuego medio-alto. Sella el ojo de bife por todos sus lados hasta que esté dorado, sintiendo el crujido de la carne sobre el calor del fuego. Retira el ojo de bife de la sartén y resérvalo.
En la misma sartén, sobre el calor de la hoguera, agrega un poco más de aceite si es necesario y reduce el fuego a medio. Agrega los dientes de ajo picados y la cebolla cortada en juliana, dejando que su aroma se mezcle con el del humo y el campo. Sofríe hasta que estén dorados y fragantes, aproximadamente 3-4 minutos.
Agrega las rodajas de zanahoria y las ramas de romero fresco a la sartén, sintiendo cómo los sabores se entrelazan con la esencia del campo que te rodea. Cocina por unos minutos adicionales hasta que las zanahorias estén ligeramente tiernas.
Coloca el ojo de bife sellado nuevamente en la parrilla, sobre el área sin fuego directo, observando cómo las llamas acarician la carne y danzan al ritmo del viento. Cubre la parrilla y deja que el ojo de bife se cocine lentamente con el humo de las astillas de madera durante aproximadamente 1.5 a 2 horas, o hasta que esté tierno y alcance el término de cocción deseado.
Durante la cocción, vierte la cerveza negra sobre el ojo de bife y las verduras en la sartén, regando la carne ocasionalmente con el líquido para mantenerla jugosa y aromática, mientras disfrutas del canto de los pájaros y el susurro del viento en la pradera.
Condimenta con sal y pimienta al gusto según sea necesario, recordando los sabores simples pero intensos de la vida en el campo.
Una vez cocido, retira el ojo de bife de la parrilla y deja reposar durante unos minutos antes de cortarlo en rodajas, disfrutando del momento de tranquilidad y contemplación que solo el campo puede brindar.
Sirve el ojo de bife a la cerveza negra junto con las verduras asadas y un poco de su jugo de cocción como salsa, compartiendo este festín con tus compañeros gauchos en medio de la vastedad de la naturaleza.
¡Que disfrutes de esta experiencia culinaria gauchesca en el corazón del campo argentino!
Lista de vinos recomendados
Malbec:
- Catena Zapata Malbec
- Achaval-Ferrer Malbec
- Terrazas de los Andes Malbec
Cabernet Sauvignon:
- Norton Privada Cabernet Sauvignon
- Luigi Bosca Cabernet Sauvignon
- Bodega del Fin del Mundo Cabernet Sauvignon Reserva
Bonarda:
- Zuccardi Serie A Bonarda
- Nieto Senetiner Bonarda
- Colomé Auténtico Tannat Bonarda
Syrah:
- Susana Balbo Signature Syrah
- Altos Las Hormigas Terroir Malbec-Syrah
- Luigi Bosca Single Vineyard Syrah
Blend Tinto:
- Rutini Apartado Gran Blend
- Escorihuela Gascon 1884 Gran Reserva
- Luigi Bosca De Sangre Tinto
Torrontés:
- Colomé Torrontés
- Zuccardi Serie A Torrontés
- Alamos Torrontés
Chardonnay:
- Trapiche Broquel Chardonnay
- Catena Zapata Chardonnay
- Norton Colección Chardonnay
Sauvignon Blanc:
- Rutini Sauvignon Blanc
- Terrazas de los Andes Sauvignon Blanc
- Luigi Bosca Finca Los Nobles Sauvignon Blanc
Malbec Rosado:
- Susana Balbo Crios Rosé of Malbec
- Salentein Numina Rosé
- Zuccardi Serie A Malbec Rosé
Espumante:
- Chandon Extra Brut
- Norton Cosecha Especial Extra Brut
- Ruca Malén Extra Brut Nature
Estos vinos representan una selección diversa y de calidad de algunas de las mejores bodegas argentinas, perfectos para acompañar tu comida con estilo y distinción. ¡Espero que encuentres uno que sea de tu agrado!